sábado, 25 de junio de 2011

BLOQUE IV

La gratuidad, laicizad y obligatoriedad de la instrucción elemental constituyeron parte esencial del debate educativo del siglo XIX, leer el discurso de Altamirano “El principio de la instrucción”
“El principio de la instrucción laica, gratuita y obligatoria” en el que dice que el voto popular constituye una de las principales bases de la democracia, pero para que esto sea posible se requiere de una buena instrucción primaria, ya que desde hace mucho tiempo se había venido manejando como algo que solo lo tenían las personas privilegiadas como lo eran en las monarquías, oligarquías e imperios autocráticos, en estos sistemas las demás personas que componían el pueblo eran vistos como esclavos que impulsaban la ambición de los demás por medio de la fuerza bruta.
La educación de ese entonces era en silencio y sobretodo en obediencia ya que constituían el programa de la educación intelectual y moral; y aun así los pueblos seguían en ignorancia y atados a la voluntad de los señores. En los países europeos también surgían pensamientos referentes a la educación y uno de ellos era la obligación pero este presentaba grandes obstáculos. Principalmente, se dirigía a la obligación de los padres; ya que el francés Harver mencionaba que había dos tipos de padres: aquellos que cumplían con su deber y son los que estarían a favor, en cambio los otros que se pondrían en contra.




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